Un par de posteos atrás hablé un poco sobre la nota de la revista de La Nación en la cual se preguntaban “¿qué se espera de los hombres?” y las respuestas coincidían en líneas generales con la narrativa feminista, pero me llevó a pensar en lo particular. Olvidando mandatos sociales de la difunta sociedad patriarcal y los mandatos sociales del actual orden femenino primario, ¿qué esperamos los hombres de otros hombres? ¿Qué características buscamos a la hora de hacer amistad con alguien?
Enseguida se me vino a la cabeza la frase “poco hombre” y pensando un poco me di cuenta que ese descalificativo solo se lo escuché decir a mujeres. Nunca en mi vida escuché a un hombre descalificar a otro usando ese término.
Entonces, ¿qué palabras usamos para descalificar a otros hombres que no consideramos dignos de confianza o personas en las que no se puede confiar?
Cagón, inútil, flojo y traidor.
Voy a elaborar un poco sobre cada una.
Cagón/cobarde
Esta es quizás la más sencilla de las cuatro. Es muy difícil confiar en alguien que ante la primera dificultad que se le presenta elige abandonar. No existe peor destino que Ir a la guerra rodeado de hombres que al primer tiro se van a esconder en un agujero en la tierra y no van a salir hasta que estén seguros de que todo terminó. En el fútbol se usa el término pechofrío, pero se entiende que ángulo toma la descalificación.
Inútil
Todo hombre tiene una línea de actividades en las que se especializa y lo transforma en valioso para el resto de su comunidad, algo de lo que hable un poco más en Competencia. Ahora, encontrarse con alguien que no domina con maestría cual sea su trabajo enseguida dispara una reacción instintiva que se suele traducir en un “me parece que este flaco no tiene la más puta idea de qué está haciendo”. Ya sea para un chofer de colectivo, ministro de economía o un neurocirujano, cada vez que confiamos parte de nuestra seguridad en otra persona buscamos asegurarnos que domina totalmente la rama en la que se especializa.
Flojo
No encontré mejor palabra para resumir lo que sería falta de fortaleza. Ya sea física, mental o emocional
Hasta acá suele haber consenso en la importancia para ambos géneros que un hombre sea valiente, capaz y fuerte. Puede que estas características estén apuntadas a distintas cosas, claro. Es probable que un hombre exija fortaleza física a sus amigos, en caso que se tengan que defender de otros hombres que los quieren cagar a piñas; en el caso de la mujer, quizás sea fortaleza de espíritu para hacer un trabajo que odia pero sirve para pagar las cuentas.
El motivo por el cual la imagen de esta entrada es Maxi López negándole el saludo a Mauro Icardi es porque, entiendo, ahí es donde existe la mayor diferencia en expectativas entre géneros.
Traidor
Los hombres consideramos la traición una ofensa, por lo menos, tan grande como las anteriores. Suele ser mucho peor recibida ya que no se trata de una persona que no quiere pelear, o no sabe pelear, o no puede pelear, sino de alguien que peleaba para nosotros y eligió cruzarse de lado. La traición de Icardi resonó tanto en los hombres argentinos que empezamos a usar el apellido del flaco para definir al falso amigo y algunos consideran que es el motivo por el cual no tuvo tantas chances en la selección.
¿Por qué aclaro esto? Porque para la narrativa que prioriza los intereses de las mujeres, Icardi no hizo nada mal. Icardi no es “poco hombre” de acuerdo al orden social actual. Al contrario, no solo rechazó los mandatos patriarcales de “códigos” entre hombres, sino que aceptó invertir tiempo y recursos en la crianza de hijos que no son suyos.
Bajo el orden social actual Icardi es el modelo a seguir, el hijo sano del feminismo.
Capo, aprecio mucho tu trabajo, y creo que es justo lo que hace falta en este momento. Argumentos sólidos y bien presentados, no verdades a medias y excusas para destilar odio y rencor. Espero los próximos posteos!
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